sábado, 27 de octubre de 2012

¿Se dan realmente Aprendizajes Significativos, en el interior de nuestras aulas?

Yenny Berrios Olivares

La realidad que se da hoy en día en nuestras aulas con respecto a los aprendizajes, está muy alejada de lo que nuestras políticas educativas y nuestro Marco Curricular pretenden, ya que se busca desarrollar competencias para lograr aprendizajes significativos, enmarcados dentro de un paradigma socio cognitivo.

¿Pero realmente se da este tipo de aprendizaje? ¿Los docentes estamos preparados para propiciar aprendizajes significativos? ¿Contamos con las herramientas metodológicas adecuadas para ello?

El presente ensayo, busca dilucidar estas interrogantes, a través de una breve revisión de los paradigmas educativos, de los elementos del aprendizaje significativo y de la visión personal basado en mi experiencia dentro del aula.



Como docentes se nos exige que nuestros alumnos(as) logren aprendizajes significativos, a través del desarrollo de competencias y habilidades para que puedan desenvolverse en la sociedad del conocimiento. Según Román (2006, p.6) “la sociedad del conocimiento reclama, sobre todo, herramientas para aprender y seguir aprendiendo, en forma de capacidades, destrezas y habilidades”.

Pero ¿estamos capacitados como docentes, para entregarles a nuestros alumnos (as) las herramientas necesarias para aprender? A través de mi experiencia como docente de aula, los que llevamos varios años en el sistema, muchas veces carecemos de estas herramientas, no porque no nos interese adquirirlas sino porque la vorágine del sistema que cambia constantemente, nos deja desactualizados y las exigencias burocráticas y administrativas (como el llenar fichas de salud, entregar encuestas, completar pautas de trabajo, etc.) nos aleja del fin principal que es el aprendizaje.

Para conocer qué tipo de aprendizaje estamos generando realmente en nuestros alumnos(as), debemos entender primeramente como ha sido definido teóricamente en estas últimas décadas el aprendizaje y como los modelos de enseñanza son vistos de desde los distintos paradigmas.

Cuando comienza hablarse de cómo era el aprendizaje, surge el paradigma conductista que por muchos años lidero la forma de enseñar en educación. El aprendizaje era visto como entrada y salida de conocimiento, que involucraba un modelo de enseñanza- aprendizaje “donde lo importante es que los profesores enseñen, como expertos en enseñanza y en la disciplina, y los estudiantes aprendan para convertirse en expertos (ya que son inexpertos)” (Román y Diez, 1999,p.37).  Ante las limitaciones que entregaba este paradigma que no aseguraba un cambio permanente de la conducta y los procesos mentales que involucra el aprendizaje, surge el paradigma Cognitivo, que postula “que es mediante la realización de aprendizajes significativos que el alumno construye significados que enriquecen su conocimiento del mundo físico y social, potenciando así su crecimiento personal” (Díaz y Hernández, 2000, p.11). Acá el profesor es un mediador del aprendizaje y provee a sus alumnos oportunidades para que ellos construyan sus propios aprendizajes a partir de los que ya tenían.  Es en este paradigma donde se desarrolla la base  sobre el aprendizaje que actualmente nos sostiene como docente.

El estudio de lo cognitivo, permitió que otros autores desarrollaran distintas teorías (Piaget, Novak, Brunner, etc.), tal es el caso de Vigostky que no sólo amplía el enfoque cognitivo, sino que además es el precursor del paradigma socio- cultural,

donde el aprendizaje es visto como un proceso cooperativo que surge de la interacción con otros; donde el docente debe ser un mediador de la cultura social para potenciar en los alumnos su máximo desarrollo cognitivo, esto fue conocido como Zona de Desarrollo Próximo. 

A partir de estos dos últimos paradigmas, nace el paradigma que actualmente rige nuestra educación actual y es conocido como el paradigma socio cognitivo, que considera al alumno como protagonista de su propio aprendizaje en uno o varios escenarios para aprender: “De este modo las interacciones entre escenarios y aprendices refuerzan los aprendizajes y a la vez crean motivación, al contextualizar lo que se aprende” (Román y Diez, 1999, citado en Vargas, 2010).

Así el profesor debe propiciar estos escenarios para lograr los aprendizajes.

En consecuencia, “el paradigma socio cognitivo y en especial la arquitectura del conocimiento, al integrar las teorías psicológicas de aprendizaje y enseñanza generan los principios que hacen diferente este paradigma respecto al tradicional; pudiendo mencionar los siguientes: a) El aprendiz aprende percibiendo, representando y conceptualizando; b) obtiene el conocimiento de una manera inductiva (hecho concepto) o deductiva (concepto-hecho); c) Adquiere el conocimiento, construyendo su propio aprendizaje a partir de conceptos previos; d) Logra aprender a partir de esquemas anteriores y experiencia que posee, contraponiendo dichos elementos entre sí: e) El método de aprendizaje que empleará será preferentemente por descubrimiento, de manera inductiva; y, f) Finalmente, el aprendiz aprende almacenando adecuadamente en la memoria lo que aprende.” (Román y Díez, 1999, citado en Vargas 2010)

Con esta breve revisión, de los paradigmas educativos, podemos ver la evolución de como se entiende el aprendizaje y como según las necesidades de la sociedad la concepción de este va variando.

Nuestro país, en estos últimos años ha estado sometido a una serie de cambios que llevaron a adscribirnos en el paradigma socio cognitivo lo que está  generando reformas educativas que den respuesta a esta postura. Pero volvemos a la pregunta del comienzo ¿estamos los docentes preparados para que nuestra forma de enseñar apunte a lo plantea este paradigma?.  Sinceramente, no lo creo porque si bien se están haciendo cambios en el diseño curricular, no se ha preparado a los docentes para adoptar estas reformas, por lo que se fundamenta la idea de Román y Díez (2000) “El éxito o el fracaso de las Reformas Educativas, entre otros factores, depende del formato curricular que llega a las aulas y su teoría sustentadora. Por ello es muy importante generar consensos profesionales adecuados para poder aplicar la teoría curricular y generar optimismo profesional” (p.2)



Si como docentes queremos lograr en nuestros alumnos, aprendizajes significativos. Debemos actualizarnos y manejar todos los elementos que son necesarios para que puedan darse este tipo de aprendizajes. Para esto debemos, entender cómo funcionan los procesos de aprendizajes y qué condiciones deben propiciarse para que estos se activen. Primero tenemos que tener en claro que no existe un solo proceso de aprendizaje, sino que son varios y aunque los autores como Beltrán, Martín del Buey, Hernández y otros le han dado nombres que pueden ser distintos, se refieren a los mismos procesos. Estos procesos involucran estrategias y estas a su vez, involucran a distintas técnicas que las entrenan en la adquisición del conocimiento.

Si no conocemos como piensa nuestros alumnos y  como es su forma de aprender. Como seremos capaces de darles las técnicas adecuadas para enfrentar nuevos aprendizajes.

Debemos considerar que todos somos diferentes y que por lo tanto, cada uno posee su propio estilo para aprender.  Esta diversidad, tenemos que considerarla al momento de enseñar, ya que lo que puede ser significativo para uno, puede que no lo sea para otro. Ese es nuestro gran desafío, como integramos estas diferencias y propiciamos un aprendizaje que sea significativo y con sentido para todos los que aprenden.

Distintos autores como Alonso, Honey, Fischer y otros han considerado el estilo que cada uno tiene para aprender. Estos estilos radican en cómo se recepciona la información, en cómo  se aborda la tarea y en cómo se procesa esta información.

Así, si tenemos en cuenta, que la información se recepciona de manera visual, auditiva y kinestésica, al momento de enseñar nuevos contenidos podemos utilizar distintas estrategias que faciliten permitan que los alumnos puedan crear su propia representación de lo que está percibiendo.

 La Teoría de los Estilos de Aprendizajes, propuesta por Alonso, Gallego y Honey puede ser una herramienta importante dentro de nuestra labor en el aula. Ya que nos da la posibilidad de conocer como procesan la información nuestros alumnos (reflexiva, pasiva, pragmática y teórica) y fomentar el aprendizaje colaborativo, desarrollando el máximo provecho de acuerdo, a sus estilos de procesamiento, por lo tanto, los aprendizajes serán más efectivos.

El conocer como nuestros alumnos abordan una tarea nos lleva a entender cómo trabaja y cuáles son las potencialidades que debemos desarrollar para que logren tener un estilo óptimo que les permitirá enfrentar de mejor manera una actividad y transferir lo aprendido a otras situaciones.

Así comprendemos cómo funcionan los proceso podemos lograr que nuestros alumnos se den cuenta de cómo aprenden y así puedan logar aprendizajes más profundos.

Otro aspecto importante que debemos tener en cuenta, es que ha cambiado la visión acerca de como pensamos (desarrollo cognitivo). Según las investigaciones hechas por Howard Gardner(1994), plantea la teoría de la Inteligencias Múltiples, donde la inteligencia no es sólo una sino que varias y que aunque son independientes igual se encuentran relacionadas. Estas inteligencias se pueden educar y están referidas al desarrollo de ciertas áreas del cerebro que se observan a través de la habilidades que pude poseer una persona, por ejemplo: lingüística, musical, interpersonal, etc.  Esto nos puede dar la luz  que a veces necesitamos en nuestra aula, no todos tiene desarrolladas las inteligencias lingüísticas o Lógico matemática (que son a las que se les da mayor importancia). También dentro de nuestras aulas, podemos tener niños con inteligencia musical, espacial, etc.  Por lo tanto, esta diversidad no debemos verla como un problema sino como una oportunidad de lograr lo que siempre buscamos como docente “el desarrollo integral del alumno”.



Las Reformas pedagógicas actuales, buscan el desarrollo de competencias y habilidades necesarias para enfrentarnos a un mundo globalizado. Y recae en nosotros los docentes que se den estos aprendizajes para que los niños lo internalicen y los hagan suyos.  

Pero lamentablemente y tal como lo plantea Martiniano y Diez (2009) “la retórica curricular de las Reformas Educativas de finales del siglo pasado se apoya en modelos socio cognitivos, pero su práctica está aún pegada a viejos modelos conductistas” (p.14). Por lo tanto, la actualización y la adscripción a este nuevo paradigma es muy difícil, ya que en la realidad de nuestras aulas sigue imperando la entrega de contenidos. Y no porque los docentes opongamos resistencia al nuevo paradigma, sino más bien a la falta de conocimiento, herramienta y metodología que se necesita para lograr lo que propone el paradigma socio cognitivo.

Para lograr aprendizajes significativos en nuestros alumnos, debemos ser docentes capaces de propiciar escenarios de aprendizajes, pero si no poseemos las herramientas para crear estos espacios, es muy difícil, que podamos decir que en nuestras aulas se dan aprendizajes significativos.

No quiero ser tan negativa, creo que si hay esfuerzo por parte de los docentes por “tratar” de trabajar de forma constructivista, pero la falta de preparación en ese ámbito hace que no haya  logros efectivos.   Los docentes debemos, sentir la necesidad de actualizarnos, buscar nuevas estrategias, nosotros mismo debemos aprender a aprender y aprender a enseñar para desarrollar el potencial en que tiene cada alumno. Considerar sus diferencias y las formas que tienen de aprender para ser capaces de dar las técnicas necesarias que permitirán utilizar las estrategias adecuadas para cada proceso de aprendizaje.



Por último, se puede concluir que aunque en realidad en nuestras aulas no se están dando aprendizajes significativos, si hay una necesidad de lograr estos aprendizajes, solo nos queda preguntarnos ¿cuánto tiempo demoraremos en cambiar nuestra mirada frente a los aprendizajes? y por mientras ¿qué pasará con nuestros alumnos?

Ese es nuestro desafío, lograr que los alumnos tengan aprendizajes con calidad y sentido y que se den cuenta, como lograron esos aprendizajes.





Referencias Bibliográficas



Beltrán, J. (1993). Procesos, estrategias y técnicas de aprendizaje.

Madrid: Editorial Síntesis.



Díaz, F. y Hernández. G. (2000). Estrategias docentes para un aprendizaje significativo. México: McGraw-Hill Interamericana. Editores, S. A



Román, M. y Díez, E. (2009). Diseño curricular de aula: modelo T.Puerta de entrada en la Sociedad del Conocimiento. Santiago de Chile: Editorial Conocimiento. Editores, S. A



Román, M. y Díez, E. (2006). La inteligencia escolar: aplicaciones al aula. Una nueva teoría para una nueva sociedad. Santiago de Chile: Editorial Arrayán Editores.



Vargas, J. (2010).  El paradigma sociocognitivo como base del cambio en la cultura pedagógica: análisis de una experiencia de intervención regional. Madrid: Tesis Doctoral.


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